sábado, 12 de febrero de 2011

ANÁLISIS SINTÉTICO DE LA OBRA DE ALLAN KARDEC

La CODIFICACIÓN de la Doctrina Espirita, o sea, del ESPIRITISMO, en sus aspectos inseparables e inalienables de Filosofía, Ciencia y Moral (Religión), comprende las siguientes obras, llamado el Pentateuco espirita:  EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS, EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO, EL CIELO Y EL INFIERNO, EL GÉNESIS.

El orden de publicación de las obras de la CODIFICACIÓN no fue arbitrario, habiendo obedecido a la orientación del equipo de Espíritus Superiores, que asistían a Kardec y al libre albedrío de éste, cuya perspicacia y buen sentido, servidos por sólidos conocimientos adquiridos en la vida presente y en las anteriores, hicieron con que actuase, sobre ese particular, de la manera más indicada para el éxito de la majestuosa tarea, de tanta significación para la humanidad.

Era necesario que, primero se presentase al pensamiento filosófico de los Hombres acerca de su propio destino, tan desorientado y perplejo ante las muchísimas y confusas interpretaciones de los grandes problemas de la vida, que los místicos de todos los tiempos habían acumulado en millares de obras ambiguas, incomprensibles y misteriosas, el esclarecimiento y la luz de una doctrina racional y simple, sin espíritu de sistema, aunque profunda en sus fundamentos y consecuencias.

Era necesario que fuese escrita con claridad y objetividad y para eso, el lenguaje no podía ser  demasiado técnico y el método de exposición debería ser didáctico, al alcance de todos: de ahí el recurso del diálogo, sugestivo, de la tradición filosófica. 
 
 Nació, así, EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, publicado el 18 de abril de 1.857, cuya 2a edición, lanzada el 18 de marzo de 1.860, es considerada la definitiva, por Kardec. La primera edición contiene, en 501 preguntas, la enseñanza directa de los Espíritus Superiores, liderados por el Espíritu de Verdad y los mensajes fueron psicografiados a través de la cestita con lápiz, por las médiums Carolina y Julia Boudin, y la señorita Japhet. La segunda edición presenta la contribución de Kardec, que valiéndose de otros médiums, juzga, critica, analiza, selecciona, desarrolla el trabajo, que consta, entonces, de 1.018 preguntas, notas adicionales y comentarios.


9.1   LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
 
Contiene los principios de la Doctrina Espirita, expuesto de forma lógica, por medio de diálogo con los Espíritus, a veces comentados por Kardec y aunque constituya, por las importantes materias que analiza, el más completo tratado de Filosofía, que se conoce, su lenguaje es simple y directo, no se apoya en preciosismos de sistemas difícilmente elaborados y tan de gusto de los intérpretes de las escrituras, en su afanosa y estéril búsqueda de las causas primeras y finales.

Los asuntos tratados en la obra, con la simplicidad y la seguridad de las verdades evangélicas, se distribuyen homogéneamente, constituyendo, por así decir, en un panorama general de la Doctrina, desarrollada, en sus facetas específicas, en los demás volúmenes de la CODIFICACIÓN, que resulta, así, como un todo granítico y consecuente, demostrando su unidad de principios y conceptos, características de su grandeza. 

En las obras de la CODIFICACIÓN esa concordancia está manifiesta, ya que en el libro básico de la Doctrina, existe un Núcleo Central comprendido así: los Libros I y II (hasta el Cáp. VI), que trata de las Causas Primarias y del Mundo Espirita. En cuanto al Libro II, del Cáp. VII al IX, constituye la fuente de EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS; el Libro III (Las Leyes Morales) el de EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO; el Libro IV (Esperanzas y Consolaciones) el de EL CIELO Y EL INFIERNO. EL GÉNESIS tiene su fuente en los Libros  I (Cáp. II, III y IV), II (Cáp. IX, X, XI) y en el III (Cáp. IV y V), mientras que la Introducción y Prolegómenos dieron origen a "El Principiante Espirita" y "Que es el Espiritismo".


En EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, con clara visión en sus enseñanzas, existen rutas seguras, de las que los Espíritus, caminantes de la eternidad, tanto carecemos, para sangrar menos los pies con las piedras del camino y desahogar el corazón de las angustias generadas por el conflicto de las pasiones, alimentadas por el orgullo, por el egoísmo, por la intolerancia.

Leyéndolo, estudiándolo, analizándolo, conocemos a un DIOS soberanamente Bueno y Justo, Creador de todas las cosas, Padre de todas las criaturas y cuya grandeza y sabiduría aún no podemos concebir, con seguridad. Deslumbrándonos con su obra, el Universo, del cual tan poco, de hecho, conocemos y descubrimos, orgullosos, que somos parte de él, quizás su más importante conexión.

Sabemos de nuestro origen, nuestra naturaleza espiritual y por qué somos los artífices de nuestra propia miseria ó grandeza. Comprendemos por qué sufrimos y por qué hay tantos otros Espíritus felices, en mundo superiores al nuestro.

La vida se nos presenta sin misterios y sin secretos a la luz de la reencarnación, de las leyes de acción y reacción, del libre albedrío. Sufrimos angustias y dolores, vemos que otros también las sufren, pero comprendemos el por qué de todo. Nos reconforta, entonces, el bálsamo de la resignación.

El conocimiento de las Leyes Morales, inscritas, también, en nuestras conciencias, pero adormecidas por fuerza de nuestros instintos animalizados, nos hacen colorear de vergüenza, por ser aún tan ignorantes, tan poco vigilantes, tan orgullosos, tan egoísta, tan intolerantes. Mas, luego comprendemos que la perfección está en la ruta que perseguimos, no es una quimera, y sí, una risueña esperanza.  
 
9.2  EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS

Una vez establecidas las verdades espirituales y dentro de ellas la supervivencia del Espíritu, lejos de quedarse únicamente en las afirmaciones metafísicas y doctorales de las demás doctrinas espiritualistas, el Espiritismo dio inicio al examen y disciplina de los hechos o fenómenos producidos por los Espíritus desencarnados, todos del dominio de la mediumnidad y experimentalmente comprobables. 

Se confirmaba el carácter científico de la Nueva Revelación que, "sin la Ciencia, carecería de apoyo y confirmación", como esclarece el Codificador, para quien el Espiritismo, inclusive, no habría podido constituirse en una Doctrina antes del desenvolvimiento de las Ciencias. 

Aparecía, así, EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS, la segunda obra de la CODIFICACIÓN, publicada en 1.861 (enero), que ampliaba la obra "Instrucciones Prácticas sobre las Manifestaciones Espiritas",  publicada en 1.858. La edición definitiva es la 2a, de octubre de 1.861, y, conforme esclarece Allan Kardec, también es la continuación de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. 

Al comienzo de la obra se lee: "Contiene la enseñanza especial de los Espíritus sobre la teoría de todos los géneros de manifestaciones, y los medios de comunicación con el Mundo Invisible, el desenvolvimiento de la mediumnidad, las dificultades y los escollos que se pueden encontrar en la práctica del Espiritismo". 
 
En este libro se expone la parte práctica de la Doctrina, mediante el estudio sistemático y perseverante, como quería Kardec, de su rica y variada fenomenología, con base en la investigación, por método científico propio, lo que no excluye la experimentación y la observación, en fin, todos los cuidados para evitar el fraude y llegar a la evidencia de los hechos.

Más de cien años después de publicado, EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS es aún el manual seguro para médiums y dirigentes de sesiones prácticas y los adoctrinadores encuentran en sus páginas, abundantes, preciosas y seguras enseñanzas, que a todos habilita para la noble tarea de la comunicación con los Espíritus, sin los peligros de la improvisación, de la credulidad y del empirismo rutinario, fruto de la acomodación y de la ausencia de estudio.

La comunicación entre los dos mundos, el corporal, material ó visible y el incorpóreo, inmaterial ó invisible, es una premisa básica del Espiritismo, que sería apenas un espiritualismo irreal y dudoso, si la negase o la repudiase.

La Doctrina Espirita es progresiva y es dinámica. Al mismo tiempo es comprobación, es práctica constructiva, es aplicación, para la vida diaria de los mensajes sublimes que nos llegan de los hermanos mayores de la Espiritualidad, obtenidas por procesos científicos, de experimentación y observación, en las sesiones mediúmnicas, las cuales debemos orientar según los preceptos de El LIBRO DE LOS MÉDIUMS. 
 
9.3   EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO

Iniciada la revolución espiritual con la publicación de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, comprobados sus principios por la lógica, por la razón y por la experimentación, Kardec partía ahora para la tarea de iluminar los caminos, hasta entonces tortuosos, de la Fe, lo que consiguió lanzando, en 1864, EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. 

La genuina esencia de la Doctrina Espirita está contenida en este libro, el Evangelio de Jesús verdaderamente explicado en espíritu y verdad, cuya enseñanza moral es lo único que nos puede conducir a la reforma interior, a la realización integral de la finalidad de la Creación, por el respeto y obediencia a las leyes divinas, a las leyes morales, inscritas en la propia conciencia del Hombre. 

Compete al Espiritismo demostrar la necesidad de la urgente reforma íntima del hombre, esclareciéndolo en cuanto a su origen y naturaleza. Es preciso, pues, despertar la conciencia de los hombres para Dios y la realidad del Espíritu Inmortal; mostrar la responsabilidad de cada uno, de acuerdo con su nivel evolutivo, por su posición y actitud frente a la vida.

La enseñanza espirita es, simple, directa, objetiva, sin discusiones bizantinas, sin misterios ni iniciaciones. El Espiritismo a través del Evangelio y de la fe raciocinada, nos indica que "fuera de la caridad no hay salvación", siendo preciso, por tanto, que el hombre crea y que sus actos estén de acuerdo con las leyes de Dios, de fraternidad, de bondad, de altruismo, de humildad, de trabajo, de tolerancia y de solidaridad, en armonía con los semejantes y aún con los seres inferiores de la Creación. 


9.4   EL  CIELO  Y  EL  INFIERNO

En agosto de 1.865 era lanzada esta obra en Francia con el nombre: EL CIELO Y EL INFIERNO, o LA JUSTICIA DIVINA SEGÚN EL ESPIRITISMO. Allan Kardec, en la “Revista Espirita” de septiembre de 1.865 escribió: "El título de esta obra indica claramente su objetivo. Allí reunimos todos los elementos propios para esclarecer al Hombre sobre su destino. Como nuestros otros escritos sobre la Doctrina Espirita, ahí nada introdujimos que sea producto de un sistema preconcebido, ó de una concepción personal; todo allí se deduce de la observación y de la concordancia de los hechos".

Combatiendo el nihilismo, que lleva a tristes consecuencias; mostrando que el temor a la muerte,  obedece al concepto y juicio errado que sobre la vida espiritual tiene el hombre, en razón de que éste ha sido envuelto por creencias espiritualistas mal informadas; probando lo absurdo de la doctrina de las penas eternas, dogma impuesto a las conciencias sin objetivos y a los seres por demás crédulos, pues el castigo es siempre temporal y proporcional a la falta cometida y la recompensa es gradual según el mérito, no pudiéndose concebir el problema de otra manera, teniendo en cuenta la bondad y justicia de Dios, que no castiga.

Caracterizando el cielo y el infierno, no como lugares de gozo perennes e improductivos o de sufrimientos atroces, que nunca terminan, concebidos sí, como estados de conciencia que el propio Hombre construye y en los cuales vive, cuando respeta las leyes  naturales, y por ello, tiene tranquilidad, es feliz, o cuando, violándolas, se vuelve inseguro y se ve, por toda parte y a todas horas, angustiado, lleno de remordimiento, triste, sin perspectivas para el futuro y con su propio organismo físico,  minado por las dolencias como consecuencia de su modo de actuar, Allan  Kardec aclara y coloca en sus debidos  términos importantes cuestiones teológicas, que tanto han preocupado a la humanidad, llevando a millares de seres, por todos los siglos, a una falsa concepción de la Divinidad y particularmente, de su propio destino y de los caminos que debe seguir, para una evolución, a  la  que  no puede renunciar, más suave, menos dolorosa, sin la tortura de una condenación compulsiva, que corta las posibilidades de rehabilitación y  arrepentimiento y hiere, frontalmente, los atributos más sublimes de Padre Celestial que son de Bondad y Justicia.


La imperfección acarrea el sufrimiento, la perfección, la felicidad, por eso, el Espíritu trae dentro de sí el castigo o el premio, donde quiera que se encuentre. La paz, que disfruta, significa para él el cielo; al contrario, conocerá el infierno, cuyo fuego simbólico, realmente aterrador, se alimenta del orgullo, del egoísmo, de la intolerancia, en fin, de todos los vicios y de todas las condenables pasiones, por las que se deja arrastrar, que no son eternos y que dependiendo de su libre albedrío puede invertir las posiciones, bastando para ello, entregarse a la práctica del Bien, que conduce a la verdadera felicidad.

9.5  LA GÉNESIS (Los Milagros y las Predicciones Según el Espiritismo)

Fue publicado en enero de 1.868, cerrando así, el ciclo de las obras de la CODIFICACIÓN. LA GÉNESIS, encierra, de acuerdo con los métodos de trabajo adoptados desde la obra inicial, de observación de los hechos, de su universalidad y concordancia, la serie de libros de la CODIFICACIÓN y presenta en la Introducción, las razones que hicieron de la Doctrina Espirita una obra monolítica.

En el Capítulo I, Kardec caracteriza la Revelación Espirita, mostrando que es al mismo tiempo, divina, originada de los Espíritus Superiores, resultando su elaboración, del trabajo del hombre; científica, porque sus principio y hechos son comprobados experimentalmente y colectiva, pues resulta de la enseñanza universal, concordante, de los Espíritus.


Enseguida examina, más de una vez, el problema de Dios, de difícil comprensión por los Hombres y por las religiones tradicionales y estáticas, como también, sobre los aspectos siempre discutidos e incomprendidos del origen y existencia del Bien y del Mal. El papel de la Ciencia y los problemas del espacio, del tiempo, periodos geológicos de formación de la Tierra, la génesis orgánica (formación de los seres vivos), la génesis espiritual, inclusive la reencarnación de espíritus, la génesis mosaica y su comprensión a la luz de la Ciencia, he ahí importantes estudios en la obra, elaborados para el mejor esclarecimiento de aspectos de la Doctrina Espirita, en su campo de experiencias y observaciones científicas.

La apreciación de los milagros, considerados hechos naturales, regidos por leyes aún desconocidas o poco estudiadas, constituye interesante capítulo de EL GÉNESIS, que Kardec comenta y esclarece, cuando trata de los fluidos en general, su naturaleza y propiedades, del periespíritu, de la mediumnidad, de las obsesiones y posesiones. Importantísimo el capítulo referente a los milagros en el Evangelio, a la naturaleza de Jesús y a los hechos de su vida en la Tierra, comentados por Kardec con gran sabiduría y entendimiento.

Sobre las predicciones y la teoría de la presciencia, el Codificador se extiende en lúcidas consideraciones, mostrando que la percepción de los hechos fuera de las leyes conocidas, y de los sentidos comunes, es una facultad inherente al Espíritu, más perfeccionado, cuanto más evolucionado fuere. Por eso, puede prever el futuro. Las predicciones en el Evangelio son examinadas, inclusive, en cuanto a la anunciación del Consolador, en que Jesús predice la venida futura, del Espíritu de Verdad, para decirnos todo cuanto Jesús no pudo decir en su época, como de hecho aconteció, con el advenimiento del Espiritismo.


 “Suceda lo que suceda en las trillas de la vida, en materia de amargura o de aflicción, yergue la frente y camina hacia delante, trabaja y aprende, bendice y sirve... Delante de Dios y al frente de los compañeros que se nos conservan fieles, la palabra desánimo es casi siempre el otro nombre de la ingratitud.”

Del Libro “Paz y Renovación” – Espíritu Emmanuel – Psicografía de Chico Xavier







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