domingo, 7 de noviembre de 2010

PRINCIPIOS BASICOS DE LA DOCTRINA ESPIRITA

EL ESPIRITISMO ES UNA DOCTRINA ESPIRITUALISTA, DE CARACTERÍSTICAS PROPIAS Y, COMO DOCTRINA, TIENE PRINCIPIOS BÁSICOS, CLARAMENTE DEFINIDOS, POR LOS CUALES SE NORTEA Y EN LOS CUALES APOYA LAS VERDADES QUE PROCLAMA. 


"La prueba de la existencia de Dios la tenemos en el siguiente frase: no hay efecto sin causa. Vemos constantemente una inmensidad de efectos, cuya causa no está en la Humanidad, ya que la Humanidad es impotente para producirlos, o, siquiera, para explicarlos. La causa está por encima de la Humanidad. Es la causa que se llama Dios, Jehová, Alá, Brhama, Fo-hi, Gran Espíritu, etc."- Allan Kardec, en OBRAS PÓSTUMAS. 
La inteligencia finita del Hombre, para comprender, tiende a limitar, restringir, circunscribir, calificar. Definir es siempre peligroso. En el intento de entender y aceptar la Divinidad, el Hombre crea atributos para DIOS, pero, en verdad, no puede aún comprenderlo ni entenderlo en su esencia y naturaleza íntima, como advirtieron los Espíritus Superiores a Kardec (El Libro de los Espíritus, pregunta No. 10). Pero puede respetarlo y amarlo, puede sentirlo en el corazón, dentro de su ser.

Por eso mismo, muchos preguntan si Dios existe, pues la Ciencia lo niega y el Materialismo lo desconoce. Entre tanto, es una ley científica, la de que no hay efecto sin causa, que prueba la existencia de Dios. De hecho, todo cuanto existe no es obra del Hombre, tiene que tener una causa: DIOS. 

A un pobre beduino, ignorante, que oraba mucho a DIOS, alguien le preguntó cómo podía creer en él. "Por sus obras," dijo. Y explicó:

-"¿Usted no conoce el origen de una joya por el arte del joyero? 

¿No sabe de quien es una carta, por la letra de quien la remite? 

Afirmas que un camello y no un perro pasó por el camino, ¿mirando simplemente el rastro dejado por el animal?

-"De esa manera, sé que Dios existe, por sus obras".

-"¿Cómo? Explique mejor".

-"Es muy fácil: Las estrellas en el cielo no son obra de los Hombres, que allá no podría haberlas colocado. Luego, sólo puede ser obra de DIOS, y, por tanto, él existe.”

Si hay creación, debe existir el Creador. El Orden Universal no habría sido hecho, si no hubiese la Mente Creadora y organizadora, verdad que Kant definió "como la más antigua, la más clara y la más adaptada a la común razón humana"

Dios existe y cada pueblo lo concibe a su manera y dentro de cada pueblo muchos lo entienden a su manera, de ahí, por qué en la mente del hombre, la idea de Dios varía hacia el infinito.  

La Bruyére dijo: "la imposibilidad en que me veo de probar que Dios no existe, me prueba su existencia". Decía Víctor Hugo: "DIOS existe, pues, de lo contrario, ¿cómo nosotros existimos?".

No debemos limitar el concepto de la Divinidad, en solamente uno de sus aspectos, ni atribuir al Creador, las perfecciones e imperfecciones de lo Creado. Entretanto, para mejor sentir a Dios, nosotros le conferimos ciertos atributos, comenzando por la definición que le dieron los Espíritus Superiores: "DIOS es la inteligencia suprema y la causa primaria de todas las cosas".

7.1 – EXISTENCIA DE DIOS

DIOS es la inteligencia suprema porque, si hay orden en el Universo, hay necesariamente una inteligencia responsable por El. El efecto es el resultado de una causa, luego, el efecto inteligente tiene una causa inteligente. La grandeza del Universo, el conjunto armonioso y sabio de las leyes eternas muestra una inteligencia poco común, orientando y conduciendo todas las cosas.

DIOS es infinito y eterno, pues no tuvo comienzo ni tendrá fin; es lo Increado y lo Absoluto. Porque sus leyes no cambian nunca, ni se derogan, es inmutable. La temporalidad, donde hay cambios y movimiento, es incompatible con la inmutabilidad, eternidad, atributos de la perfección. 
DIOS es inmaterial, esto es, puro Espíritu y como tal, enseñaba Jesús, debe ser adorado. Forzosamente es único, pues si otro existiese, no sería Dios, habría más dioses disputando su poder. 
Es soberanamente bueno y justo, pues el padre y juez imparcial, no crea el mal, solamente establece la ley, cuya trasgresión da siempre lugar al reajuste. Jamás niega la oportunidad del rescate de las faltas, que, deberán ser pagadas, porque si la siembra es libre, la cosecha es obligatoria. 
DIOS está inmanente (presente) en todas las cosas, pero no se confunde con ellas, trasciende, es distinto a ellas.  

Por todas sus características supremas, se entiende que Dios es omnisciente (todo sabe), omnipotente (todo puede) y omnipresente (está al mismo tiempo e todos los lugares). 
DIOS, (lo increado) es, y nosotros (la Creación) somos, existimos.

DIOS está en todo (inmanencia) y se manifiesta por la Vida y por el Amor, pero su Creación no es Él (trascendencia); siendo DIOS causa y no efecto, "las obras de Dios no son el propio DIOS, como el cuadro no es el pintor que lo concibió y lo ejecutó".  ALLAN KARDEC, "El Libro de los Espíritus", Pregunta 6.

DIOS existe dice el Espiritismo, porque consta de la Revelación, porque lo comprende nuestra razón y porque los hechos lo comprueban.

Comprender a DIOS es imposible, entonces sintámoslo, porque DIOS es eterno Amor es Altruismo, DIOS se da en amor a todas las criaturas. 


7.2   EXISTENCIA Y SUPERVIVENCIA DEL ESPÍRITU 

El Hombre es, esencialmente, un Espíritu inmortal, que no desaparece con la muerte orgánica, con el perecimiento del cuerpo físico. Sin embargo, millares de seres no creen en la inmortalidad del Espíritu y la ciencia, a pesar de todas las pruebas evidentes y experimentales al respecto, continúa afirmando: "Nada encontramos que justifique la creencia en la supervivencia. Es una hipótesis simpática y agradable, pero improbada".


La inmortalidad del Espíritu resulta comprobada por el laboratorio Mediúmnico del Espiritismo, cuyas sesiones prácticas traen hasta nosotros los mal llamados "muertos", nada más y nada menos que las criaturas humanas desencarnadas, aún perfectamente vivas, con todas las características que las distinguían, en éste mundo, cuando se hallaban en cuerpos físicos.

Factor importante, principio elemental de toda doctrina espirita, el Espiritismo comprueba, sin dogmas, sin misterios, racionalmente, la supervivencia del Espíritu, gracias al cual construye el sistema con que explica, hasta donde lo permiten las limitaciones de la inteligencia humana, el mundo en que vivimos y el mecanismo de su evolución.

Científicos de los más notables, no espiritas, realizaron experiencias rodeadas de todos los cuidados necesarios para la comprobación de los fenómenos y afirmaron con coraje, su legitimidad y por consiguiente, la inmortalidad del Espíritu: Charles Richet, William Crookes, Frederico Zoellner, Camilo Flammarión, César Lombroso, Ernesto Bozzano, Frederico Myers, William James,  Cromwell Varley, Alexandre Aksakof, Paul Gibier, William Barret, Oliver Lodge, James Hyslop, William Crawford, Frank Podmore, Roberto Hare, August de Morgan, J. Maxwell, Eugene Osty, Gustavo Geley, Gabriel Delanne, Albert de Rocha, Enrico Morselli y muchos otros.

Numerosos, como sabemos, los fenómenos mediúmnicos comprueban, a su manera, la supervivencia del Espíritu, pero lo que torna la evidencia mayor, si así podemos decir, es lo de la ectoplasmia, o sea, el fenómeno de los efectos físicos o de materialización. La historia del Espiritismo registra muchos casos de materializaciones, siendo más conocidos los siguientes:

a)- Del Espíritu KATIE KING que, en vida, fuera Annie Owen Morgan, hija del pirata inglés Morgan, teniendo como médium la notable Florence Cook, y como experimentador el gran sabio inglés William Crookes que, durante años, convivió con KATIE y cuyas observaciones fueron publicadas en el libro "Hechos Espiritas";

b)- Del Espíritu Estela Livermoore que, por seis años, se presentó al marido y amigos, como si viva estuviera para el mundo físico, gracias a la mediumnidad de Kate Fox, la heroína de Hydesville;

c)- De los Espíritus Nepenthes y Yolanda, ambas de gran belleza, teniendo como médium a Elizabeth d'Esperance, que narra los fenómenos en su libro "En el País de las Sombras";

d)- Del Espíritu Señora Testa, fenómeno ocurrido con la médium Eusapia Paladino, en Italia; 

e)- De los Espíritus Juan y Raquel Figner, hija de Frederico Figner, que convivió con la pequeña materializada, gracias a la médium Ana Prado.

En verdad, nadie muere, puesto que al desencarnar, dejando en el sepulcro el cuerpo material, el Espíritu vuelve al mundo invisible, a la patria espiritual, más vivo que nunca, guardando sus características, ni peor ni mejor que cuando se hallaba en la Tierra. La vida como la llamamos, no comienza en la cuna, ni termina en la tumba. Nacer y morir son episodios de la Evolución, que se repiten con el correr de los siglos, hasta que no tengamos más necesidad de reencarnar en este mundo.

7.3  REENCARNACIÓN 

El progreso continuo e incesante es condición inherente del principio espiritual, el principio inteligente del Universo; en esa condición, el debe utilizar, a medida que evoluciona, cuerpos físicos cada vez más perfeccionados y aptos, lo que determina la evolución de las especies, dentro de las coordenadas básicas del transformismo.

Se comprende de esta manera, que la evolución no podría transcurrir en el limitado espacio de tiempo de una o algunas vidas humanas, por más largas que fuesen, de ahí las repetidas oportunidades reencarnatorias, que permiten al espíritu millares y millares de experiencias en el cuerpo físico. Esas vivencias van ampliando cada vez más, su caudal de conocimientos, en cuanto el Espíritu realiza, también la reforma íntima, la iluminación interior, rescatando por el dolor o por el bien, que haga, desinteresadamente, los errores del pasado.

La doctrina de las vidas múltiples explica la justicia de la Evolución; a la luz de la palingenesia comprendemos el mecanismo sabio de la Vida, entendemos el Mundo de bellezas y miserias en que vivimos.

Como los fenómenos mediúmnicos, también la reencarnación está en la tradición religiosa de los pueblos más antiguos, cabiéndole al Espiritismo, darle el realce que los conocimientos científicos de la época le permiten.

La reencarnación no podía ser explicada abiertamente por Jesús, porque no era aún oportuno, en razón de la ignorancia del pueblo, mas el Maestro a ella se refiere, veladamente, en varios pasajes de los Evangelios: el ciego de nacimiento (Juan 9, 1-41); Juan Bautista era Elías (Mateo 11, 7- 15; Lucas 7, 24-30; 16/16); la piedra de tropiezo (Marcos 9, 42-48; Mateo 18, 6-11; Lucas 17, 1-2; episodio de Nicodemos (Juan 3, 1-2).

La reencarnación no es una doctrina establecida por el Espiritismo, que solamente le dio nueva coloración y explicaciones más completas, con relación a su mecanismo; ella está en la base de muchas religiones antiguas, como el budismo, la teosofía, el rosacrucismo, etc.  "Nacer, vivir, morir, renacer  y progresar siempre, tal es la ley".

7.3.1 Ley de Causa y Efecto

La Ley, compréndase, no nos impone las reencarnaciones millares de veces, ni las hace dolorosas y difíciles, nosotros mismos somos quienes nos imponemos esa situación, por la falta de vigilancia  o por los actos contrarios a ella, que, libremente practicamos. Actuamos en función de principios inalterables, tales como el libre albedrío, cuyo mal uso nos acarrea la obligación del rescate por fuerza de la ley de causa y efecto: los débitos acumulados constituye el efecto de la causa, lo que resulta sin duda, no la fatalidad, más sí un determinismo, o sea la obligatoriedad de la cosecha, porque, como dice André Luiz,

"Si supiéramos sudar en el trabajo honesto no precisaríamos sudar y llorar en el rescate justo".

El Creador concede a sus hijos, el libre albedrío, o sea, la libertad de actuar como bien lo consideren. No obstante, todas esas acciones están sujetas a una ley natural de justicia, llamada de "causa y efecto", "acción y reacción" ó "siembra y cosecha". Es por medio de esta ley que somos responsables por todo cuanto hagamos al prójimo y a nuestro propio Espíritu. 

Libre es la siembra de las actitudes, pero, obligatoria es la cosecha de sus consecuencias. Una mala acción que perjudique al prójimo o a nosotros mismos, resultará una reacción contraria de igual intensidad. Esta es una manera sabia de la Ley de enseñar para no repetir el error. La Ley no castiga, corrige. 

El principio de causa y efecto no fue creado por el Espiritismo. El es una de las leyes de la Física promulgada por el sabio Isaac Newton, que tiene el siguiente enunciado:

"A toda acción realizada en un determinado sentido, corresponderá una reacción de la misma intensidad y dirección opuesta". 

Muchos sufrimientos de personas o pueblos que se observan en la actualidad, son perfectamente explicados por el mecanismo de la acción y reacción de la Ley de Dios. Malas obras, de encarnaciones
pasadas en este u otros mundos, provocan cosechas desagradables en la presente existencia. Del mismo modo, si el Bien fuere objeto de preocupación de las criaturas, el futuro guardará para ellas una situación de paz, satisfacción y felicidad.

El dolor moral o físico debe ser encarado sin rebeldía, pues generalmente son rescates o pruebas necesarias para el adelantamiento del Espíritu. La aceptación de los propios dolores produce alivio moral y ayuda en la solución definitiva del problema. Sólo el esclarecimiento puede sacar al Hombre del estado de rebeldía frente al sufrimiento. La fe raciocinada es escudo seguro en las aflicciones por las cuales necesitamos pasar.

Poseedores de este conocimiento correctivo de la Ley, nosotros, seres humanos, debemos empeñarnos en acciones de justicia para con el prójimo, estimulando así la Ley Divina a favor de nosotros mismos.

"Pero los males más numerosos son los que el hombre crea llevado por sus vicios, los que se originan en su orgullo, su egoísmo, su ambición, su codicia, los que nacen de todos los excesos; son causa de las guerras y de todas las calamidades que ellas acarrean: disensiones, injusticias y opresión del débil por el fuerte, así como de la mayor parte de las enfermedades". - (Allan Kardec - EL GÉNESIS, Cáp. III, ítem 6). 
7.4   PLURALIDAD DE LOS MUNDOS HABITADOS

"Que vuestro corazón no se turbe. Creéis en Dios, creed también en mí. Hay muchas moradas en la casa de mi Padre; si así no fuera, yo ya os lo hubiera dicho, porque me voy a preparar el lugar para vosotros y después que me fuere, y os prepare el lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mi mismo, para que en donde yo esté, estéis también vosotros. (San Juan, Cáp. XIV, v. 1, 2 y 3).

La casa del Padre es el Universo; las diferentes moradas son los mundos que circulan en el espacio infinito y ofrecen a los Espíritus encarnados estancias apropiadas a su adelanto.

De la enseñanza dada por los Espíritus resulta que los diversos mundos están en condiciones muy diferentes los unos de los otros, en cuanto al grado de adelanto o de inferioridad de sus habitantes. Entre ellos los hay cuyos moradores son inferiores aún a los de la Tierra, física y moralmente; otros están en el mismo grado y otros le son mas o menos superiores en todos conceptos. 
Hace más de un siglo viene el Espiritismo afirmando la existencia de otras civilizaciones esparcidas por el Universo. Los mundos estarían distribuidos en consonancia con el estado espiritual en el que se encuentran los grupos humanos que en ellos habitan. De esta manera, hay, "mundos primitivos destinados a las primeras reencarnaciones del alma humana; mundos de expiación y pruebas donde domina el mal; mundos de regeneración, en los cuales los Espíritus que aún tienen que expiar activan nuevas fuerzas, reposando de las fatigas de la lucha; mundos dichosos, donde el bien se sobrepone al mal, mundos celestes o divinos, habitados por Espíritus depurados, donde exclusivamente reina el bien. La Tierra pertenece a la categoría de los mundos de expiación y de pruebas, razón por la cual ahí vive el hombre a merced de tantas miserias" (EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO, Allan Kardec, Cáp. III). 
7.5  COMUNICACIÓN ENTRE LOS DOS MUNDOS 
(El físico y el espiritual)

Los Espíritus viven, ya en la Tierra como encarnados, ya en el espacio como desencarnados, pero, los intereses recíprocos de todo orden, que los unen, hacen con que se comuniquen, no obstante situados en planos diferentes de vibración, por medio de la mediumnidad, facultad orgánica de la que son dotados todas las criaturas, en mayor o menor grado de desenvolvimiento.

De esta manera, hay un intercambio activo y continuo de ideas y aún de intereses materiales, que asegura el permanente contacto entre los dos mundos, prueba evidente de la supervivencia del Espíritu al perecimiento del cuerpo material, de que se servía, cuando se encontraba en la Tierra.


La vida en verdad, es continuada y todo cuanto presenta de grandeza o de miseria retrata, por igual, las dos comunidades, que interactúan constantemente entre sí, íntimamente ligadas por el origen e ideas.

Es una obligación del Espiritismo dar a conocer el mecanismo de esas revelaciones, estudiando las leyes que las rigen y mostrar la necesidad de someter todas las manifestaciones a la dirección y control de personas esclarecidas, estudiosas y moralizadas.

Disciplinando la mediumnidad, estudiando y controlando los fenómenos, que la causan, el Espiritismo esclarece, en términos técnicos, correctos y simples, el mecanismo de la comunicación entre los encarnados y desencarnados, ofreciendo a los hombres los medios seguros de convivencia con los que ya partieron, mostrándoles como hacer provechoso y útil ese intercambio.


El intercambio con nuestros hermanos de la espiritualidad también nos proporciona preciosas enseñanzas, por los mensajes recibidos de entidades elevadas y que constituyen advertencia, consejos, derroteros seguros para nuestras vidas, sujetos como estamos a difíciles pruebas, individuales y colectivas.


EN   RESUMEN:

Los principios básicos de la doctrina espirita, de los que jamás se podría despojar, sin perjuicio de la unidad de su esencia o estructura y naturaleza, muestran, a la plena satisfacción, los aspectos en los que se manifiesta, para abrazar una concepción total del Mundo, sintetizada en aquello que se puede denominar de sus coordenadas maestras: CIENCIA, FILOSOFÍA Y RELIGIÓN.



En la conclusión VII de EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS, Kardec expuso:

"El Espiritismo se presenta bajo tres aspectos diferentes: el de las manifestaciones, el de los principios y el de la filosofía que de ellas resultan y de la aplicación de esos principios".

Hay por tanto una conexión mutua entre los fenómenos de la Vida, porque todo en la naturaleza se encadena por hilos que aún no podemos comprender y tiende para la Unidad conforme dijeron los Espíritus a Kardec (P. 604 y 607, de L.E.).

Así, el espiritismo prueba, experimentalmente, la SUPERVIVENCIA del Espíritu y muestra su origen y naturaleza, acordes con los principios básicos de la evolución. Es ciencia de la comunicación entre los encarnados y desencarnados y de los fenómenos que de ella se desprenden.   

Demuestra que el Espíritu, por su naturaleza, es responsable, de ahí, las REENCARNACIONES determinadas por la necesidad de rescate y corrección de desvíos en relación con la Ley, atendiendo a que la libertad (libre albedrío) tiene sus límites y el cúmulo de errores y trasgresiones implica la constitución del mal uso del libre albedrío y éste en el determinismo, a la que se ve sujeto y obligado el Espíritu. El Espiritismo es entonces, Filosofía.

Concluye, al final, que, siendo el hombre un ser moral, debe aceptar como consecuencia de los principios científicos y filosóficos que rigen la Vida, la existencia de DIOS, - la inteligencia suprema y causa primera de todas las cosas -, del Hombre, también, de ahí la justificación de su adoración, del culto interior en el templo del corazón y de la conciencia y del respeto, para un recto vivir, conforme a sus leyes eternas de Fraternidad, de Justicia, de Amor, así el Espiritismo es  RELIGIÓN.  



Ocúpate con celo y perseverancia del trabajo que has emprendido con nuestro concurso, porque este trabajo es nuestro. En él hemos sentado las bases del nuevo edificio que se eleva, y que un día reunirá a todos los hombres en un mismo sentimiento de amor y caridad.”
(Los Espíritus superiores – El Libro de los Espíritus – Prolegómenos)