lunes, 5 de julio de 2010

EL ESPÍRITU

2.1.2   EL  ESPÍRITU


El Espíritu es el principio inteligente de la Creación. En el plano material, él está presente en todo elemento vivo. Los Espíritus son creados sencillos e ignorantes. Todos están sujetos a la Ley de evolución. En las fases primitivas no piensan, se mueven por sensaciones. Más tarde son dirigidos por el instinto, después por la inteligencia; y, por fin, llega a la razón y a la angelitud.


Los Espíritus son los seres inteligentes de la Creación. Habitan el Universo en diversos estados de desenvolvimiento y diversas categorías de mundos. Fueron creados sencillos e ignorantes, esto es, sin la sabiduría y la conciencia del bien y del mal. Son dotados de aptitudes para adquirir el conocimiento intelectual y moral a través de las encarnaciones.


En el principio, el Espíritu es como un niño, sin voluntad propia definida. Después, poco a poco se va tornando libre a través de las experiencias reencarnatorias. No es divisible, ni tiene sexo. No es palpable aunque no sea la nada, pues la nada no existe. Es errado confundirlo con la inteligencia. Los dos se integran, pero en verdad, la inteligencia es un atributo del Espíritu.


Cuando encarnado, el Espíritu recibe la definición de Alma. Desencarnado y habitando el plano espiritual a la espera de una nueva encarnación, se dice que está “errante”. Solamente los Espíritus Puros no son errantes, pues no necesitan más de la experiencia reencarnatoria.


Es importante destacar que es en la materia que el Espíritu es afirmado en sus potencialidades, aunque continúe progresando en la dimensión espiritual. En el plano invisible, puede estudiar en cursos establecidos en las colonias transitorias y tener una visión más amplia de los conocimientos, pero tendrá que poner en práctica, en la materia, las lecciones aprendidas.


La Tierra es una gran escuela donde todos los hombres y seres vivos crecen para Dios. “El Espíritu progresa igualmente en la erraticidad. En ella adquiere conocimientos especiales que no podrá adquirir en la Tierra. Sus ideas entonces se modifican. El estado corporal y el estado espiritual, son para él la fuente de dos formas de progreso que se desenvuelven solidarias. Es por eso que él pasa alternadamente por esos dos modos de existencia”. – (Allan Kardec – El Cielo y el Infierno, Cáp. III ítem 10)

2.1.3   Naturaleza de los Espíritus.


“Dijimos que los Espíritus son inmateriales porque su esencia difiere de todo lo que conocemos por el nombre de materia”


Los Espíritus son de naturaleza infinita. Se puede afirmar que son una llama, una centella, una claridad. El lenguaje humano es muy limitado para expresar su verdadera esencia. No se debe definirlo como inmaterial, puesto que es algo. Cuando nos referimos al Espíritu, sería más apropiado usar el término “incorpóreo”.


Los Espíritus fueron creados por Dios, son, pues, constituidos por alguna cosa. Cómo y cuando fueron creados, se constituye en un misterio no revelado. Existen algunas teorías que intentan explicar el origen de los espíritus, más no lo hacen con claridad por falta de referencias que puedan explicar ciertas ideas abstractas.
¿Cuál sería el final del Espíritu, después que alcance la condición de Espíritu Puro? Esta pregunta se la formuló Allan Kardec al espíritu de Verdad, quien dio la siguiente respuesta: “Hay muchas cosas que no comprendéis, porque vuestra inteligencia es limitada; más ésta no es la razón para rechazarlas. El hijo no comprende todo lo que el padre comprende, ni el ignorante todo lo que el sabio comprende. Nosotros te decimos que la existencia del Espíritu no tiene fin; es todo cuanto podemos decir al respecto”. – (El Libro de los Espíritus, pregunta 83).

2.2   LA  MATERIA

La materia es una de las variaciones de un elemento básico primitivo llamado “fluido Universal”, que estudiaremos más adelante. Ella existe en diversos estados en la naturaleza. No podemos definirla solamente como aquello que tienen extensión, impenetrabilidad y que impresiona a nuestros sentidos físicos, como afirma la Ciencia. 

La materia puede también existir en una condición tan etérea y sutil, al punto de no ser percibida por los sentidos convencionales. La materia es el medio a través de la cual los Espíritus desenvuelven sus potencialidades y manifiestan sus obras. Kardec dice que la materia es el agente, el intermediario, que ayuda y permite actuar al Espíritu. 

2.2.1   El   Universo.


Con el progreso de la Ciencia, se descubrieron ciertas leyes y principios que vinieron a explicar muchos misterios existentes, en cuanto al origen del mundo y del Universo. Quedó demostrado, por ejemplo, que la Creación no se resumía en la región circunvecina a la Tierra, como en un principio se pensó. Había en el espacio distante mucho más. Planetas, cometas, estrellas, nebulosas y galaxias, que forman ese majestuoso conjunto llamado Universo.


La humanidad progresa constantemente en el campo Científico, facilitando la evolución del hombre y de la propia sociedad. Poco a poco, los velos de los misterios van siendo levantados, y el hombre se va concienciando de lo pequeño que es, frente a la grandiosa obra del creador. Sin embargo, algunas de las preguntas sobre el origen y destino de las criaturas nunca tuvieron explicaciones convincentes. Con el advenimiento del Espiritismo, los Espíritus Superiores, a través de las revelaciones mediúmnicas, transmitieron ideas más completas sobre el ser humano y todo lo que lo rodea.


Los Espíritus dijeron que el Universo abarca la infinidad de mundos que vemos y que no vemos, el espacio que hay por toda parte, todos los seres animados e inanimados, los astros que se mueven, así como los fluidos y las energías de la naturaleza. La ciencia explica que el Universo está formado por dos elementos básicos: materia y energía. La materia sería una forma condensada de energía, conforme demuestran las experiencias atómicas. 


Los Espíritus revelaron que la Creación se asienta en tres principios fundamentales: Dios, Espíritu y Materia. La materia y la energía, según ellos, sería una forma condensada y activa del fluido universal respectivamente. 

2.2.2   Los   Mundos 


Los mundos son formados por la materia diseminada en el espacio universal. Son las estrellas, los cometas, los planetas, las nebulosas etc. Jesucristo, refiriéndose a la pluralidad de mundos habitados, afirmó: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas; si no fuese así, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros”. – (Juan, 14:2).  


De una manera general, los mundos habitados pueden ser clasificados en cinco categorías distintas:

Mundos  Primitivos: Los mundos primitivos son los planetas donde los espíritus realizan sus primeras experiencias reencarnatorias. La Tierra, en el pasado distante, ya pasó por este estado primario. Mundos de Expiación y Prueba: Son planetas más adelantados que los mundos primitivos. Pero por causa del poco adelanto moral de sus habitantes, el mal y el sufrimiento aún predominan en la sociedad. Es un lugar donde los Espíritus rescatan deudas que contrajeron al violar la Ley Divina y pasan por pruebas destinadas a su perfeccionamiento moral e intelectual. La Tierra actualmente se encuentra dentro de esta categoría.


Mundos regeneradores: Son orbes donde no hay más expiaciones. Pero existen pruebas por las cuales el Espíritu aún tiene que pasar para adelantarse. Son los mundos de transición entre los de expiación y prueba y los felices. Mundos Felices: Son los planetas donde predomina el bien y la justicia en la vida social. En esa sociedad no hay injusticia de ninguna naturaleza y los pueblos son fraternos los unos con los otros, ayudándose recíprocamente. Mundos  Divinos: Son aquellos donde reina absolutamente el bien, sin cualquier mixtura con el mal. Se constituyen en moradas de Espíritus Superiores y de la felicidad de los elegidos.

Mundos Felices: Son los planetas donde predomina el bien y la justicia en la vida social. En esa sociedad no hay injusticia de ninguna naturaleza y los pueblos son fraternos los unos con los otros, ayudándose recíprocamente.

Mundos  Divinos: Son aquellos donde reina absolutamente el bien, sin cualquier mixtura con el mal. Se constituyen en moradas de Espíritus Superiores y de la felicidad de los elegidos.


2.3   LOS  SERES  VIVOS

Los seres vivos son la unión del espíritu con la materia, a través de la voluntad de Dios. El cuerpo material de los elementos vivos está formado por agrupaciones orgánicas llamadas células que, a su vez, son formadas por grupos moleculares y átomos, animados por el fluido vital, del cual hablaremos más adelante. Toda esa compleja organización es dirigida por el principio inteligente.

2.3.1   Reino  Vegetal

El reino vegetal comprende el reino de las plantas. Está compuesto por variadas especies, donde las formas espirituales primitivas sufren el primer proceso de perfeccionamiento en el ambiente material. De modo general, se puede decir que la vida en el reino vegetal está caracterizada por la fotosíntesis, un proceso donde las plantas, aprovechando la energía solar, hacen la síntesis de la materia orgánica para su supervivencia en la superficie del planeta.

2.3.2   Reino  Animal

El reino animal agrupa los seres animados. Son los insectos, los peces, las aves, los animales irracionales, el hombre etc. En esas criaturas, el proceso de alimentación y el sistema nervioso están más perfeccionados, según la necesidad de cada uno de ellos. El reino animal abriga Espíritus en un estado superior al reino de los vegetales. La especie humana es la clase más adelantada de las entidades espirituales que lo componen.

2.4   LA TRINIDAD UNIVERSAL 

Vimos que la materia y fluido son una sola grandeza, o sea, el principio material. Más allá de ella existe el principio inteligente, o espiritual, constituyéndose en la segunda grandeza de la Creación. Por encima de ellos está la causa de ambos: DIOS. 
Ellos forman la Trinidad Universal: Dios, Espíritu y Materia. Por tanto, existe la materia como Principio Material, fluido universal; el Espíritu, como Principio Espiritual e inteligente; y por encima de todo, Dios, el Creador y mantenedor de todas las cosas. Esos tres fundamentos son el principio de todo cuanto existe.






“Así como Cristo dijo: “No vengo a destruir la ley, sino a cumplirla”, el Espiritismo afirma también: “No vengo a destruir la ley cristiana, sino a cumplirla” (...) El Espiritismo viene a cumplir en los tiempos predichos, lo que Cristo anunció, y a preparar el cumplimiento de las cosas futuras. Es, pues, obra de Cristo, que Él mismo preside, así como preside lo que también anunció: la regeneración que se opera, que prepara el advenimiento del Reino de Dios sobre la Tierra.
  Allan Kardec - El Evangelio según el Espiritismo-Cap. I, 7